domingo, 8 de septiembre de 2013

Milagro del círculo y la espiral

Hace un mes tuvimos un vinito con los primos Fernández: brindamos por la visita de Silvia, Sandro y Claudia desde Roma, e hicimos entrega formal de la segunda edición conmemorativa del libro de papá sobre el Desafío de la Paz, recibido unas semanas antes.

Mamá sugirió hacerlo así, pero en el misterio del recuerdo, para ella fue el reencuentro impactante con un tiempo perdido. Disfrutó ochenta, y desde entonces recuerda haber recordado, ojea las páginas del libro, y se maravilla del milagro.

Yo, por mi parte, reflexiono sobre el círculo y la espiral, la vida, el amor y la muerte, la crisálida que se transforma y levanta el vuelo.

En la vida de ellos como pareja encuentro lecciones para la mía propia: ¡cómo deseara leer esas 300 cuartillas de borrador que llevaban escritas!

Sin embargo, leo en el milagro del recuerdo, y reconozco en este hilo de seda sutilísimo lo que nos une con la anticipación del mañana.

Les copio lo que publicó sobre esto el periodista Roberto García Herrera una semana después de la muerte de papá:

El círculo y la espiral 

(La Nación, Revista Dominical, 22 de junio de 1997,  http://wvw.nacion.com/dominical/1997/junio/22/circulo.html)

En el bosquejo de su último proyecto literario, Guido Fernández dejó en capítulo su obra fecunda.

La vida está llena de procesos que, como el círculo, comienzan, se abren y se cierran en el mismo punto de partida. Y cada uno de esos círculos se une por una espiral continua e infinita..."

Quedó en capítulo. De cualquier manera, el último proyecto literario de Guido Fernández Saborío, que planeaba escribir junto con su esposa, Cecilia González Trejos, habla de vida y de afanes infinitos. Dice de sueños en espiral continua.

El círculo y la espiral es una obra que profundiza en las relaciones de pareja, de la que llevaban escritas unas 300 cuartillas, según contó don Guido a la periodista Alejandra Chinchilla, en junio de 1996.

La vida está llena de procesos. Como el círculo, comienzan, se abren y se cierran en el mismo punto de partida. Cada uno de esos círculos se une por una espiral continua e infinita...

Apuntes para compartir

Era el proyecto común, un ideal por plasmar en el atardecer del sosiego. Guido Fernández y Cecilia González, tras 43 años de vida juntos, sintieron que muchas facetas de su relación, con el fruto de cinco hijos y 11 nietos, se podrían compartir con cada pareja que inicia el camino, en cada amor que consigue germinar.

Hoy, ante la ausencia de su compañero entrañable, doña Cecilia no sabe con certeza si El círculo y la espiral evolucionará del bosquejo al libro... "Porque el escritor era él; yo contribuí con mis apuntes y la percepción de la psicología.

"Cuando nos conocimos, Guido tenía 17 años y yo 14. Quizás por eso nuestra vida en común siempre tuvo matices de adolescencia.

"La inquietud por emprender esta obra, nació precisamente a raíz de la riqueza que logramos alimentar en el noviazgo y en el matrimonio.

"El título se funda en la sensación que a veces nos embarga de que vivimos en una especie de círculo, que las experiencias y las cosas se repiten en forma incesante. Y que de pronto, al sentir un salto cualitativo, aquel círculo aparentemente aislado, deriva en una espiral siempre abierta y hacia arriba, con rumbos insospechados... Y dimensiones nuevas."